Estaba en el gym, terminando de hacer la rutina de los lunes, miércoles y viernes, cuando la vi.
En primer lugar, aunque suene mal, me gustó porque parecía una versión mía con veinte años menos, (tengo 42, aclaro): Mi misma altura, 1,70, mi mismo pelo, castaño claro tirando a rubio, largo hasta los hombros. Ojos de un celeste más claro, los suyos. Piel correctamente bronceada y un físico trabajado, con músculos pero nada hombruno.
Hasta vestíamos parecido: calzas negras hasta los tobillos, musculosa de lycra y zapatillas negras. El modelo de la musculosa era idéntico al mío, solo que en lugar de ser negro era blanco y, lo más interesante, en el pecho, en letras rojas decía “I Love Wrestling!” (Amo luchar).
Me acerqué a ella, con una sonrisa, y le dije:
– Me too – (more…)